AQUELLA TAPA:
THE JESUS AND
MARY CHAIN
"HONEY'S DEAD"
Nuestro columnista Ariel Tenorio nos cuenta la historia y su mirada de una portada icónica.
1992 fue un año de grandes lanzamientos para el rock, algunos de los discos que más me gustan fueron editados ese año. En aquel momento la banda escocesa The Jesus and Mary Chain lanzaba su cuarta placa de estudio titulada “Honey´s Dead” de entrada nos hablan de la muerte una idea permanente en la obra de los hermanos Reid, en este caso la muerte de una etapa, algunos dicen que querían decir lo diferente que era ahora la propuesta musical de la banda y desde el sonido lo dejan en claro, por un lado se alejan del estilo americano de “Automatic” su disco anterior y el sonido más acústico de “Darklands” su segundo disco, también abandonan las cajas de ritmo electrónicas y vuelven a la batería, en este caso el encargado de ejecutarlas es Steve Monti quien formó parte de la banda Curve. Otro hecho que marca un cambio es la partida de Douglas Hart el bajista que los acompaño desde el principio. El título hace referencia a la diferencia con su hit “Just Like Honey”, de su emblemático primer álbum “Psychocandy” para muchos uno de los mejores discos de mediados de los 80. Donde despliegan un arsenal de ruido que funciona como un envoltorio de melodías dulces y totalmente pop de las voces.
El disco está producido por Alan Moulder pionero en el sonido indie de los 80 y 90, supo trabajar con innumerables bandas, siempre logrando un sonido profundo y contundente. En este caso, el foco está puesto en el ritmo, con bases bailables y juguetonas, en ocasiones aumentadas por el apoyo de programaciones que logran un ambiente perfecto para intervenciones guitarrísticas de William Reid, que hace y deshace marañas de ruido cargadas de efectos a piachere. Jim Reid está a cargo de las voces en 6 temas y William en los otros 6. Sobresalen algunos temas como “Sugar Ray” o “Far gone and out” con unos hermosos arpegios y una base rítmica que nos hace mover al son del he, he, he del coro o “Cathfire” donde una combinación perfecta entre wah y tremolo cargados de distorsiones nos sumerge en una tormenta eléctrica dulce y psicótica. En “Almost Gold” “Sundown” y “Tenage Lust” nos relajan un momento al más estilo balada Jesus, igual que en “Good for my soul” donde nos arrullan al ritmo de unos shakers incesantes. En el clímax del viaje llega “Rollercoaster” donde muestran su costado más progresivo, con partes bien diferenciadas entre sí, sobre todo a nivel sonoro, varios cambios de ritmo que se basan en una batería con un tacho bien robusto y sólido que junto a las estridencias de las guitarras forman una pared de sonido demoledora. Pero sin dudas el tema que abre el disco es la joya “Reverence” con la sugerente frase “Quiero morir como Jesucristo, quiero morir como John F. Kennedy” nos dejan en claro algo: Ok te vamos a hacer bailar, pero recordá que la vida es una mierda y vas a morir de todas formas. Negados a abandonar ese costado oscuro y malicioso que los hizo famosos. Y así caemos rendidos al ritmo, con la premisa de la muerte siempre sobrevolando las cabezas de los Hermanos Reid que cierran con “Frecuency” una especie de epígrafe de Reverence, como para redondear la idea de querer morir, por si no quedo claro.
Es la primera vez que no aparecen ellos en la portada de un álbum, anteriormente siempre habían utilizado fotogramas de algún videoclip, tal vez consciente o inconscientemente, ahora buscaban remarcar el cierre de una etapa, también en la imagen. Es posible que, a primera vista, la imagen borrosa de la joven nos remita a la estatua de la libertad, sobre todo por esa corona sobre su cabeza, una paleta de color limitada, un amarillento beige, un poco dorada que recuerda tanto al oro como a la arena (El oro y el barro). Una forma abierta sin líneas de contorno, Figura y fondo se funden uno al otro, en una especie de espectro, lo que parece haber sido una joven, con un aura luminosa que rodea la imagen, crea un halo de misterio, como si saliera del centro de una niebla, como si volviera del más allá. Y quizás en este constante juego de opuestos, que tanto les gusta jugar a los Hermanos Reid, nos Digan que además de estar muerta aquella chica de miel, puede estar resucitando permanentemente.
Durante mucho tiempo pensé que era una imagen originada digitalmente, pero hace unos años investigando llegue a su origen. Se trata de una fotografía modificada de la pintura “Ofelia” (primera versión) (c 1851-1853), óleo sobre tabla, 68,6 × 123,8 cm, Manchester Art Gallery, Inglaterra. Del pintor Ingles Arthur Hughes 1832/1915. Su pintura se encuadra dentro del movimiento Prerrafaelistas, aunque nunca haya integrado ese movimiento se lo relaciona por las temáticas de sus pinturas siempre ligadas a la literatura, la poesía y el simbolismo romántico. La pintura muestra a Ofelia sentada bajo un sauce, juntando flores y yuyos, junto al arroyo en el que pronto se ahogará, habiendo sido conducida a la locura por el asesinato de su padre, por Hamlet y su rechazo a su amor. Para asegurarse de que el espectador no tenga dudas sobre el momento que nos muestra, Hughes inscribió las líneas relevantes de Hamlet Acto 4 Escena 7 alrededor de su pintura. Aunque cumple los criterios de una pintura narrativa, con su referencia avanzada en la corriente, no transmite ningún sentido del inminente desenlace trágico, basándose en el conocimiento del propio espectador de la obra original. Fue John Millais quien pintó la resolución de la historia casi exactamente al mismo tiempo, en su Ofelia (1851-2), que muestra el cuerpo ahogado de Ofelia flotando en el rio, dura como una estatua, con las manos en alto, luego de soltar las flores que rodean el vestido inmaculado. Una expresión un tanto orgásmica en el rostro, la boca entreabierta deja ver sus dientes como perlas blancas y el brillo de sus ojos verdes que parecen haber visto el cielo por última vez.
Lo que me llama la atención es ¿Porque no usaron la imagen de Millais, si es que Honey ya está muerta? Que mejor que mostrarla en ese estado, flotando boca arriba con su rigor mortis intacto ¿O acaso Honey no esta tan muerta como parece o como nos quieren hacer creer? Tal vez esté más viva que nunca. Quizás ese histeriqueo enfermizo y constante de los hermanitos macana, quede manifiesto en esta portada y constituya la esencia misma de la banda. Si, odiamos el rock, pero al mismo tiempo lo amamos, en definitiva, tratamos de cambiar un poco en cada disco, pero seguimos siendo lo mismo de siempre, un dúo dinámico/sónico repitiendo la única fórmula que poseemos: Melodía + Ruido + Oscuridad = JAMC.
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