EL VIL METAL OSCURO
The Nefilim – Zoon (1996)Sello: Beggars Banquet Records LtdPor Marianarchy Deadbilly
Un Día como hoy se editaba este trabajo.
Aprovechamos y traemos una reseña que en 2016
realizó Marianarchy Deadbilly en el Número 26 de la Revista.
Luego (entre otras muchas bandas) le tocaría el turno a… Si McCoy mostró su versatilidad en “Elizium”, aquí agrega otros matices inesperados (gritos y voces distorsionadas, y aún más guturales que antes) podredumbre, descomposición y saturación en su máximo esplendor, por momentos parecería que su garganta le va a explotar de esta manera acompaña la música cantando sus letras esotéricas de amor y muerte. Las melodías siguen siendo inconfundibles, su sello.
Con respecto a la instrumentación, nos lleva a mezclar estilos (típico de los 90´s) fusionarlos, creando nuevos horizontes. El álbum es un collage armónico de gothic rock, industrial metal, death metal.
Con este trabajo McCoy deja atrás a los fans ortodoxos, sorprende y seduce a los que asimilan los cambios, e incorpora a otros nuevos (principalmente del lado del metal).
Inmensidades de loops crean en Zoon una atmósfera particular, llena de capas, texturas complejas en combinación con los teclados y las guitarras estridentes.
“Veamos” en detalle cada track de este trabajo conceptual.
Still life: los climas opresivos comienzan (nunca terminan), este tipo de atmósfera "loopeada" será una constante del álbum. Sorprende el doble bombo y junto a guitarras metaleras machacantes nos insisten para incorporar nuevas perspectivas.
Xodus: los ritmos se aceleran, la banda explota, metal al máximo. Si hubiera tenido el pelo largo hubiese movido mi nuca frenéticamente para atrás y para adelante hasta que se me desprendiese la cabeza. La precisión es tal que suena como si fuera una banda industrial-metal.
Shine: El arpegio gótico sostiene la canción, de Zoon principio a fin, y une en un puente delicado un estribillo metálico. McCoy utiliza sus artilugios para pudrir su voz.
Penetration: continúa la línea de Xodus, también con la voz guturalmente podrida de Carl. Aun así podemos escuchar por momentos vestigios del pasado, para los que estábamos aferrados a un sonido más clásico.
Melt (The Catching of the Butterfly): Otro clima, desciende la velocidad, ecos, delay, texturas. McCoy insiste con su voz distorsionada. Nos hundimos en una oscuridad familiar similar a la de los Nephilim.
Venus decomposing: nuevamente aceleramiento que en la mitad de la canción se transforma en un blues desgarrado, y luego retoma la potencia arrasadora.
Pazuzu: comienzo denso, ascendiendo a la cúspide, acelerando los latidos cíclicos. Levantamos del suelo nuestras cabezas, la pegamos en su lugar y la volvemos a sacudir.
Zoon [Part 1 & 2] (Saturation): descanso para la corrosión y la distorsión, la maraña de guitarras construyen telarañas que desembocan en pisar la distorsión explosión, entonces un acople anticipa el final de la canción más densa y de larga duración del álbum, en la cual McCoy brilla. Enganchada con la tercer parte continúa…
Zoon [Part 3] (Wake World): Aunque incorpore sonidos más metálicos especialmente a través de la guitarra, la esencia está intacta entonces la densidad y oscuridad nos acompañará hasta el final.
Coma: el corolario, esta canción instrumental que nos deja en estado de coma, impactados, sorprendidos, paralizados.
Si cronológicamente pasamos esta prueba podemos (porque pudimos) continuar de la mano de McCoy y abrir el abanico de sonidos, inclusive interesándonos en bandas que continúan en una perspectiva similar (como Moonspell y Tiamat, entre otras).
Puedes escucharlo en:
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