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lunes, 2 de mayo de 2022

RESEÑA: MINISTRY – RIO GRANDE BLOOD

CAOS Y SUCIEDAD

Ministry - Rio Grande Blood (2006)
Sello: 13th Planet Music, Inc.
Por Pablo Ravale

Un Día como hoy se editaba este trabajo.
Aprovechamos y traemos una reseña que en 2016
realizó Pablo Ravale en el Número 27 de la Revista.


Ministry pasó por dos etapas antes de llegar a su fase final: la del techno oscuro de sus comienzos (“Twich”), al rock industrial machacón (“The Land Of Rape And Honey”, “The Mind Is A Terrible Thing To Taste”), para luego, sí, derivar en lo que es la “metalización” absoluta de su sonido. Yo personalmente prefiero la época más tardía de los americanos, es decir, la más cañera, salvaje y thrasher (“Psalm 69”, “Filth Pig”, “Dark Side Of The Spoon”, “Animositisomina”, “Houses Of The Molé”). Así las cosas, en mayo de 2006 aparece Rio Grande Blood, que es el segundo álbum de una trilogía de discos anti-George W. Bush (comenzada con Houses Of The Molé, en el 2004). 

Hablar entonces de Rio Grande Blood es referirnos a una nube de gritos y distorsión. De hecho, la pieza inicial, la que titula la placa, no tarda en dar indicios de esto que afirmo: su riff principal se muestra como un mecánico arquetipo del industrial más corrosivo mientras la batería machaca con una veloz y candente marcialidad. Toda una atrocidad incendiaria que desemboca en un solo de no menos calidad. El tío Al (Jourgensen), a todo esto, canta con una voz completamente distorsionada.  Tras “Rio Grande Blood ” viene la cañera “Señor Peligro”, de menos cilindrada pero sin bajar el nivel de calidad. Las guitarras suenan impresionantes, amenazadoras y el solo súper original. Una curiosidad es que el tema es un apoyo a Hugo Chávez, difunto presidente de Venezuela (enemigo político de George Bush), donde una voz latina (Isaías Martínez) emula a los típicos mensajes del fallecido presidente cuando se refería a Bush.

Luego toma el control “Gangreen”, irónico homenaje a los marines de los Estados Unidos (¡mirar las letras, por favor!). Una canción que a nivel instrumental resulta lenta, rara, dotada de ritmos extraños, pero que con esos cortes que son algo habitual en Ministry, se vuelve un punto positivo en el álbum. 

“Fear (Is Big Business)” surge poco a poco creando atmósfera con todos sus elementos industriales hasta que al final acelera. Paul Raven (de Killing Joke, Murder Inc. y Prong) se despacha una línea de bajo tremenda que, sumada a la potente batería programada y los riffs que se afilan tanto Mike Scaccia como Tommy Victor (también de Prong), crea un ritmo aplastante y demoledor.

“Lies Lies Lies” llega más prototípica, con estribillos a lo Marilyn Manson, y riffs heavies y dinámicos, de buenos ritmos… un acierto total. “The Great Satan”, por su parte, arremete también muy trasher constituyendo un tempo devastador que se recrudece todavía más cuando entra el solo de Mike Scaccia y prepara el tema para ser continuado por “Yellow Cake”, que da un cambio de atmósfera total, sostenido por unos teclados y guitarras más versátiles.

“Palestina” se muestra más punk, aunque con unas guitarras, como es de esperar, muy distorsionadas. Los tempos son secos y poco dinámicos, no obstante, también arrolladores. “Ass Clown” nos conduce al próximo e inevitable final. Corte mega industrial, crudo y mecánico, de desarrollo lento, pero a la vez atrapante. “Khyber Pass” tiene un aire árabe que vuelve al último tramo del álbum una experiencia más sosegada y mística. Tras esto se alza, en tanto, un silencio que seguirá apoderándose del disco durante los tracks 11 y 12, aunque en el decimotercero y definitivo, volvemos a oír al Sgt. Major de “Gangreen”, que nos dedica unas palabras finales.

En resumidas cuentas: un disco enorme. Con muchos matices, muchos ritmos, pero, por sobre todo, muchos arreglos. Un trabajo recatado en exceso, pero de fácil escucha y análisis. Un álbum crudo, de esos que te dejan una sensación de caos y suciedad impregnada. Nueve puntos, tío Al.

Puedes escucharlo en:


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