PEQUEÑOS DEMONIOS
FUNKYS EN UN MOSCATINI.
The Wolfgang Press - Funky Little Demons (1995)Sello: 4AD Por Maxx Wilda
Un día como hoy se lanzaba este trabajo.
Y rescatamos una sección que nos gusta mucho:
"¿Qué Beber Para Escuchar mejor?"
En este espacio Maxx Wilda combina un disco con un trago.
Algunas veces es bueno tomar riesgos; en este caso la elección de una reseña de una banda que por años me he resistido a escuchar: The Wolfgang Press. Tomaré este riesgo inclusive desestructurando el orden de temas y preparándome un Moscatini (moscato + vodka + twist de limón).
Luego de observar los títulos de Funky Little Demons, espectacularmente acordes con el título del disco, elijo para empezar “Blood Satisfaction”, que junto con “11 Years” y “Going South”, muestran una marcada influencia soul/motown con pegadizas melodías, coros y algún que otro inconfundible sample. “Christianity” y “Executioner” comienza a mostrar el lado más dance de este disco, sin dejar de lado un sabor synthpop tal como ese inconfundible dulzor del moscato subyace en mi trago. Entre ambos mundos encuentro a “So Long Dead!” con una buena combinación de electrobeats y riffs de guitarras, una osadía perpetuada por muy pocos en la época, pero que con el correr de los años sería moneda común del género (si es que hay algún sentido de pertenencia). Inesperadamente me topo con una fase más cool y relajada con “Derek the Confesor”, “Fallen not Broken” y “People Say”, buen groove acompañado por esa voz de Michael Allen, que intenta por momentos ser “nickcaveana” pero se escucha más a la empalagosa tonada del vocalista de Beloved. Esta fase, como las anteriores cumplen muy bien su cometido, pero definitivamente deberían haberse encontrado en diferentes lanzamientos, entiendo ahora mi resquemor de la época, no era ni una cosa ni la otra, no cerraba como su antecesor Queer (1992), buscaron tibiamente abarcar los flancos mainstream de la época.
Pero creo que estoy siendo un poco duro y dejo de lado una colección de muy buenas letras, inclusive mejor que la música en algunos puntos. También dejo de lado un par de tracks (“She’s So Soft”, “New Glass” y “Chains”) que no suman ni restan pero de los que se rescatan algunas pinceladas de innovación.
Termino esta corta reseña, junto con mi riesgoso Moscatini, conclusión: no creo que vuelva a repetir a ninguno de los dos pero si les recomiendo tomarlos, tal vez vean, escuchen o sientan algo que a mí se me pasó.
Pueden escucharlo en:
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